No somos, en absoluto referencia en el paseo. Nuestra voz es un sonido más al que está expuesto en la calle, somos música de fondo.
Voz fiable y creíble. Tu voz siempre implica una consecuencia. Las peticiones se cumplen al 100%
El paseo es un viaje de inspección, persecución y búsqueda continua de estímulos.
Introduce actividad que canalice su curiosidad, su olfato de forma dirigida en un contexto de reglas. Tú serás siempre la pieza clave en el juego.
Impulsividad en múltiples contextos. Recepción a desconocidos, timbres, tendencia a robo de comida, salida de casa, tirar de la correa, etc.
Utiliza los vasos comunicantes a tu favor. Corrigiendo unos influirás en los otros. Estructura el trabajo del objetivo más fácil al más difícil.
Mala elección del premio y objetos de juego. Mala gestión de los recursos, saturación o incluso falta de expectativa.
Busca un premio que permita pensar en los juegos y otro más intenso que facilite la socialización desde la balanza mocional.
Juegos de pelea en los que nuestro cuerpo y ropa se convierten en juguete.
Sustituye tu cuerpo por un mordedor. Juega siempre a través de algo y nunca a peleas.
Abusar de juegos estresantes como el lanzamiento de pelota basado solo en entrega y lanzamiento.
Introduce juegos reflexivos en los que el perro tiene que buscar soluciones, pensar y contenerse para alcanzar premios.
La incapacidad de frustración del perro. El perro está acostumbrado a dominar las relaciones marcando el qué, el cómo, el cuándo y el cuánto.
Invierte la relación de forma sutil. No le des caricias siempre que te lo pida. No le dejes acabar cuando quiera una orden. No le dejes acceso permanente a todo.
La ausencia de reglas, el perro malcriado.
No dicto yo las reglas de la casa de nadie, pero advierto que reglas han de existir.